Finalmente el gran día llego, el suceso que todos esperaban, lo que todos tenían en mente desde hace más de 8 meses; la boda de Abiel y Karla.
Desde noviembre del 2010, se empezó a planear la boda de Abiel y Karla, pareja que lleva una relación de más de 8 años y que al fin se decidieron a formalizar su situación contrayendo nupcias.
Desde las 7:00 de la mañana del 18 de junio, todas las personas ya estaban ansiosas por llegar al lugar y presenciar este acto de amor, sin embargo los grandes eventos pueden tener contratiempos, tal es el caso de las personas que se iban a encargar de los peinados y maquillajes de muchas de las invitadas, porque se les cito a las 7.30 de la mañana y algunas llegaron después de las 8.30 y eso amerito el retraso de los peinados. Mientras transcurría el tiempo Karla se ponía más nerviosa, pues quería estar al tanto de todos los detalles, pero también necesitaba estar lista para las 11:30 de la mañana porque la misa era a las 12:00.
Era la hora exacta para estar en la iglesia y los invitados empezaron a llegar. Abiel llego desde las 11:45 para esperar a su futura esposa, la cual llego con 10 minutos de retraso como todas las novias. La ceremonia religiosa transcurrió como debería sin ningún contratiempo, haciendo de ella un momento mágico e inolvidable.
Al salir de la iglesia los nuevos esposos se retiraron a la sesión de fotos, acompañados de sus padres y padrinos, mientras la gente se dispuso a subir a sus respectivos carros para seguir su camino hacia el salón donde se llevaría a cabo la fiesta.
El salón ubicado en el centro de la ciudad de León, estaba completamente adornado por detalles que la misma Karla había escogido, todo en color café y beige que hacia contraste con el contorno del lugar.
Eran exactamente las 2 de la tarde cuando los novios entraron por al salón para hacerse llamar por primera vez señor y señora Chapa. Con un cálido aplauso que duro más de 2 minutos los esposos rodearon todo el salón para que la gente los notara y así se dispusieron a bailar su primera pieza que “extrañamente” era la misma que querían bailar desde mucho el día de su boda, deseo que fue cumplido por ambos a cada uno de ellos.
Así fue transcurriendo la boda, con cada unos de los detalles que Karla y Abiel habían dispuesto, e incluyendo todas las tradiciones que una celebración como esta requiere. Todo salió perfecto a consideración de los invitados, los padres y por supuesto los novios, dando como resultado una excelente boda que duro hasta después de las 10.30 de la noche, para seguir con un “after” que no dejo nada a la imaginación.
Por: Sara Chapa
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