SINOPSIS VOCES INOCENTES

Clasificación: B – Adolescentes y Adultos.

Estreno cinematográfico: 25 de enero de 2005

Elenco: Carlos Padilla, Leonor Varela, Jesús Ochoa.

Director: Luís Mandoki

Distribuidor: 20 Century Fox

País: México.

Por. Ricardo Carrizales.

“¿Por qué nos quieren matar si no hicimos nada?”, es la voz de un niño inocente que lo único que hace es jugar a las canicas con sus amigos.

En la actualidad más de 300,000 niños, son sacados de sus escuelas y hogares para ser reclutados en los ejércitos de poco mas de 40 países.

“Voces Inocentes”, película basada en la historia real del guionista Oscar Torres y dirigida por Luís Mandoki. Es la historia de “Chava” (Carlos Padilla), un niño de 11 años el cual por circunstancias muy ajenas a él, el destino lo lleva a ser el “Hombre de la casa”, por lo que en el contexto de la Guerra Civil de El Salvador contra las tropas de Estados Unidos durante la década de los 80`s, los niños que cumplían 12 años eran sacados de las escuelas por las fuerzas armadas del gobierno para pertenecer al ejército; Por lo que si Chava tiene suerte aún le queda un año de inocencia para vivir como un niño, aunque sus pensamientos sean ya similares a los de un hombre, y sólo con el amor de su madre (Leonor Varela), y el apoyo de sus familiares que forman parte de los rebeldes, al ser descubierto por el ejército federal, Chava tiene que correr con suerte y aguantarse reacciones a la que muchos probablemente no subsistiríamos, el fallecimiento de su primer amor, su hogar consumido en llamas y ver morir a sangre fría a sus amigos de la infancia, recorren sentimientos encontrados en el espectador y hace poner la piel “Chinita” a cuantos la ven.

Luís Mandoki, egresado de San Francisco Art Institute, nació en la Ciudad de México en 1954. Su primer triunfo como productor y director fue en 1976 con el cortometraje “Silent Music”, con el galardón más importante en su categoría dentro del marco del festival de Cannes.

En lo personal esta película es de las que más me han gustado, la veo muchísimas veces y sigue conservando la esencia de la inocencia de un niño, y me pone a pensar que quizás yo no podría resistir a tanta desgracia.