¿Por qué tenemos que esforzarnos en hacer las cosas hasta sentir competencia?, es decir ¿qué es lo que nos impide realizar las cosas bien y de buen modo desde un inicio? Tal vez porque tengamos miedo al rechazo de nuestros compañeros, tal vez la rutina será un ciclo vicioso, muy vicioso que nos resulta difícil ser diferente a los demás, tener métodos que aunque más largos, nos lleven a un éxito en las cosas que hacemos.
En esta época donde más que sufrir crisis económica, se vive una crisis de valores, donde la discordia logra separar familias enteras y lazos profundos que hasta hace 20 años se creían imposibles de romper, precisamente estamos viviendo un mundo globalizado, dónde las máquinas sustituyen a los Recursos Humanos de una organización, por lo que el mundo nos exige más conocimiento, requiere un capital personal de estudios, valores, cultura emprendedora ya que actualmente no vemos recompensas sino cada día hay más competencias.
El esfuerzo no está peleado con el talento, es decir que si tienes talento para algo, debes trabajar para sacar adelante eso que ya dominas, una persona que es talentosa pero no trabaja, sólo será eso, un talento, en cambio la persona que no tiene mucho talento pero trabaja arduamente para conseguir algo, puede superar a la persona más talentosa porque el trabajo nunca estorbará para conseguir el éxito.
Hace días leyendo el libro “Los 4 Acuerdos”, me llamó la atención estos mismos que mencionaba el autor y decía que el primer acuerdo era “Ser impecable con tus palabras”, es decir hacer una limpia del vocabulario y expulsar las palabras que no se necesiten, que tu vocabulario sea más bien un generador de cordialidad y afecto.
No es necesario tener una condena o una condición para hacer las cosas, si haces las cosas incluso antes que te las pidan, sabrás tener éxito y ser necesario dentro del círculo en que te desempeñes.
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