¡Tal parece que el tráfico no afecta a todo mundo!
Pues en el Distrito Federal, vendedores ambulantes aprovechan el tráfico del periférico vendiendo palanquetas, alegrías, nueces, nata, bebidas, botanas, y todo lo que se les pudiera antojar a los automovilistas que esperan desesperadamente llegar a su destino.
Es demasiada la gente que se dedica a vender en el periférico, cada 10 o 15 metros hay una o dos personas vendiendo, y les alcanza perfectamente el tiempo para vender los alimentos a los defeños.
Es bueno que estas personas, a pesar de su gran necesidad de dinero, recurran al trabajo en vez de tomar una salida rápida como lo es la delincuencia, pues hacen la lucha vendiendo su mercancía día a día, y es un trabajo digno.
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